La necesidad de seguir luchando contra la violencia machista desde la educación

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Recientemente, ha salido a la luz un vídeo en el que se ve a un joven de un Colegio Mayor Elías Ahuja gritando frases de contenido machista dirigidas a las residentes del Colegio Mayor Santa Mónica, situado enfrente, y que es aclamado por el resto de estudiantes del Colegio Mayor, que gritan y golpean las persianas en el resto del edificio. Hechos como los que se ven en este vídeo demuestran que el machismo y la llamada “cultura de la violación”, entendida como aquella cultura que acepta, normaliza e incluso justifica la violencia sexual hacia las mujeres, sigue presente en la juventud de hoy en día.

Desde el movimiento feminista, llevamos mucho tiempo denunciado que los mandatos patriarcales de nuestra sociedad, trasmitidos a través de productos culturales, como pueden ser las canciones de reggaeton o las redes sociales, entre otros, son el “caldo de cultivo” perfecto para que personas jóvenes normalicen este tipo de comportamientos.

También el aumento del consumo de pornografía y el fácil acceso a ella a través de los smartphones, como nos indican los estudios realizados en la materia, tiene mucho que ver. Según publicaciones recientes, como Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales (2019) o (Des)información sexual: pornografía y adolescencia (2020), el inicio del consumo de pornografía se sitúa entre los 8 y los 12 años, y casi 7 de cada 10 (el 68,2%) la consumen de forma frecuente, ellos en mayor medida que ellas (81,6 % y 40,4% respectivamente). En la pornografía se refuerzan los roles de género diferenciales para hombres y mujeres, ya que la mayoría de sus contenidos están basados en la erotización de la violencia y el sometimiento hacia las mujeres, teniendo una gran influencia en la construcción de la sexualidad de chicos y chicas, ya que como indica un estudio reciente del Instituto de las Mujeres, el porno online se convierte en un espacio de socialización y “escuela sexual” que, particularmente durante la adolescencia y primera juventud, supone un riesgo para la configuración de nociones y expectativas sobre la sexualidad”.

Así mismo, estamos asistiendo a un creciente negacionismo de la violencia de género que, como nos demuestran los estudios, está calando en las opiniones y creencias de la población más joven. El año pasado conocimos los datos del Barómetro “Juventud y género”, que analiza la percepción de la juventud española sobre la violencia de género, entre otros temas. Según los datos publicados, uno de cada cinco adolescentes y jóvenes varones de entre 15 y 29 años considera que la violencia de género no existe y que es un “invento ideológico”. Este es un porcentaje que se ha duplicado en los últimos cuatro años.

Como entidad especializada en la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, en especial con la población joven y a través de la educación para la igualdad, desde Fundación Mujeres creemos que no podemos valorar sucesos como los que han aparecido en este o cualquier otro video que se convierta en viral, ignorando el contexto y la información facilitada por estudios, investigaciones y personas especialistas, que llevan años advirtiendo de las consecuencias que la ausencia de la educación afectivo sexual en los espacios de la educación formal e informal tiene sobre la población más joven. No creemos que sea positivo exagerar el escándalo social que nos causan episodios como el ocurrido en el Colegio Mayor Elías Ahuja, que no es sino la constatación de los efectos que un contexto cultural plagado de contenidos que humillan y vejan a las mujeres en las relaciones sexuales, tiene sobre la población más joven (adolescentes y adultos y adultas jóvenes). No podemos tampoco esperar una respuesta individual contundente de rechazo por parte de las mujeres jóvenes frente a este tipo de comportamientos, sin entender que ellas también participan de este contexto cultural, que contribuye a incrementar la tolerancia al acoso y la violencia verbal.

La erradicación de este tipo de violencia machista pasa, sin duda, por la educación en igualdad desde una perspectiva feminista. El trabajo realizado en materia de educación, sensibilización y prevención de todas las formas de violencia contra las mujeres es indispensable en la lucha contra la violencia hacia las mujeres. Concretamente, la educación afectivo-sexual integral desde edades tempranas es la mejor arma para la prevención de estos comportamientos.

Desde Fundación Mujeres, a través de Educar en Igualdad, ponemos a disposición de la Comunidad Educativa y la ciudadanía general, recursos y herramientas educativas para la prevención de la violencia hacia las mujeres dirigidas a diferentes etapas educativas. A continuación, compartimos algunos de los recursos publicados en Educar en Igualdad relacionados con la violencia sexual y la educación afectivo-sexual:

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